AGENCIA MANACORNOTICIAS 08/08/2019 - 08:07:16 |
Cuando nos dijeron que la responsable de Urbanismo sería Núria Hinojosa y que tenía pensado nombrar un director gerente para el complicado departamento, nació en nosotros cierta esperanza. |
Editorial: Después de cuatro décadas intentando en Manacor contar con un Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), todo indica que una vez más surgirán retrasos y problemas que haga imposible su camino hasta la aprobación definitiva. Así las cosas se aplican en Manacor normas urbanísticas del 1980, del 1981, otras del PGOU aprobado inicialmente y algunas de otros cambios que han existido y siguen vigentes. Solo para expertos y espabilados. Es legítimo todos los vecinos son parte ddel municipio.
Mientras Manacor vive en la inseguridad jurídica y urbanística, la incertidumbre, las dudas y todo un cúmulo de interpretaciones sin definir, en otros municipios terminan las empresas que pensaban establecerse en la capital del Llevant, en Felanitx, Inca, Llucmajor, Santanyí, Capdepera, etc. La ausencia de una norma con reglas del juego firmes y claras, hace inviable la seguridad económica de muchas mercantiles y sociedades.
Todos están a favor de que el PGOU sea una realidad, pero siempre hay circunstancias que lo retrasan y lo hacen inviable e imposible, una utopía, incomprensible, todos perdemos. En la anterior legislatura hubo un supuesto consenso para llevar a buen puerto la tramitación provisional y luego hablar largo y tendido y entrar en detalles para el definitivo, se aprobó por amplía mayoría la aprobación inicial. Como siempre desde las instituciones supramunicipales se aplicó el color político y supuso retrasos incomprensibles y que hicieron inviable cumplir los plazos.
Ahora gobierna la izquierda pura (MÉS-Esquerra de Miquel Oliver y Carme Gomila, el PSIB-PSOE de Núria Hinojosa y María Antònia Truyols, y la formación Unidas/Podemos de Carles Grimalt), ellos deben aprobar provisionalmente el nuevo PGOU, el cual contará con el apoyo del anterior gobierno del PP, AIPC-SyS y El Pi. Por supuesto como en cada PGOU llegan los peros. Todo se detiene y hay que repasar algunas profundidades que siempre corresponden a los protagonistas de cada momento histórico de Manacor.
No ha tomado posesión del cargo el nuevo director/a gerente del departamento de Urbanismo de Manacor y todo indica que tendrá que estudiar algún cambio de nuevo, porque hay sectores denominados progresistas que no quieren que se lleven a término ciertas actuaciones que benefician supuestamente según ellos/as a los denominados “poderosos” y especuladores”, y como en cada PGOU hay opiniones que ofrecen nuevas ideas para hacerlo mejor. Todo indicaba que se llevaba en septiembre de 2019 a la aprobación provisional y luego en el resto de la legislatura se hacían cambios hasta la aprobación definitiva.
Pero como siempre surgen las dudas, ha ocurrido en la legislatura progresista y de izquierdas de 1979 a 1983, en la del pacto de concentración de 1983 a 1987, en la del socialista Jaume Llull de 1987 a 1991, la de 1991 a 1995 con Gabriel Bosch y Rafael Sureda al frente. La de Tomeu Rosselló y Catalina Sureda de 1995 a 1999. En la legislatura de Miquel Riera y AIPC desde 1999 a 2003, en los 12 años que gobernó el alcalde Antoni Pastor con AIPC. En el pasado gobierno con tres alcaldes Miquel Oliver, Pedro Rosselló y Catalina Riera. Siempre pasa lo mismo, se tira de nuevo el PGOU a la papelera.
Las diferentes hinchadas siempre hacen dudar a los políticos de turno, las excusas se suceden hasta el infinito. Da igual que diferentes empresas no han podido establecerse aquí por la ausencia del PGOU, que en los últimos años se han visto anuladas operaciones superiores a los 280 millones de euros, que no exista suelo para VPO, que no estén definidas las reglas del juego, que la improvisación genera agravios e injusticias, que no tengamos suelo disponible para equipamientos e infraestructuras. No pasa nada es la idiosincrasia de Manacor, su ADN, su perfil más auténtico y autóctono, el localismo.
Cuando nos dijeron que la responsable de Urbanismo sería Núria Hinojosa y que tenía pensado nombrar un director gerente para el complicado departamento, nació en nosotros cierta esperanza de ver algún día el PGOU aprobado, por la personalidad y preparación que le suponemos a la política socialista y porque no es fácil de engañar cuando hay cantos de sirenas y tiburones en las inmediaciones del poder.
Los escritos en las redes sociales, las reuniones colectivas, los pasquines, la coral progresista, los técnicos sabios, anuncian que el PGOU debe detenerse para otro análisis. El propio alcalde ha desvelado a su íntimos que igual aplican cirugía rápida sin muchas heridas para que el enfermo esté convaleciente poco tiempo porque no habrá largo ingreso. El PGOU necesita un psiquiatra y unas vacaciones al otro lado del mundo. Foto de Antoni Sureda Parera.
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