Ocurrió una desgracia mortal en Sant Llorenç des Cardassar y el Llevant de Mallorca el pasado 9 de octubre de 2018, vamos a cumplir un año del mayor desastre en esa localidad y la comarca. Hubo lluvias torrenciales que se saldaron con 13 muertos y decenas de millones de euros de pérdidas. Dantesco. Durante varias semanas los informativos de las diferentes televisiones abrían sus telediarios, las radios ofrecían decenas de horas a la semana, los diarios digitales eran un hervidero de información al momento, los periódicos ilustraban sus noticias e informaciones con textos muy tristes y fotografías para la historia. Todo el mundo tenía en su mente el drama.

Llegaron a nuestra comarca y en especial a Sant Llorenç todas las autoridades posibles, conselleres, diputadas, los Reyes, el presidente del Gobierno, responsables municipales, Emergencias, el Ejército, la presidenta del Govern, el presidente del Consell, alcaldes. Todos/as lloraban lo que pasó, destruido Sant Llorenç, Artà, Capdepera, el riuet de S'Illot y desapareció la playa (nunca más se ha recuperado ese destino turístico, ha muerto también). Al final se declaró la zona catastrófica y todas las demás protecciones para conseguir paliar los numerosos daños, algunos completos.

Comenzaron las obras del Consell para recuperar las infraestructuras y equipamientos, se abrió una cuenta de apoyo económico (hubo colaboración impensable de la ciudadanía, el propio Rafa Nadal aportó 1 millón de euros, más de 10 millones en total), el Govern asumió el 25% de todas las pérdidas. Los ayuntamientos se pusieron al frente de trabajos necesarios y urgentes, los seguros se emplearon a fondo. Todo fue un ejemplo. Pero siempre hay un pero en todo. Después de casi un año de la promulgación de la zona catastrófica nada se sabe del Gobierno Central, de la Demarcación de Costas, de la Delegada del Gobierno, de los Ministerios, quienes tienen que aportar el 50% están desaparecidos.

Se han hecho los trámites, entregado papeles hasta aburrir a un caballo de cartón, han intervenido administradores, arquitectos, abogados, aparejadores, seguros, Ayuntamientos, asesores, todo. 11 meses después está pendiente la parte del Gobierno Central, que hacemos la mayoría han arreglado todo, quieren seguir con sus vidas, se han endeudado. No hay derecho. Era urgente, menos mal, a este paso alguno no lo conseguirá, por la tardanza. Si no van a pagar que lo digan. Hace 30 años ocurrió la torrentada de Manacor, se calcula que la mitad no cobraron la declaración de zona catastrófica y que muchos lo hicieron tres o cuatro años después, otros una media de 10.

Estamos muy tristes, pasó hace 30 años y ha vuelto a pasar, no hay derecho. La administración y sus gestores no tienen corazón, papeles y más papeles hasta aburrir. Muchos desisten. No es correcto, ni mucho menos. Cuando acudes a un pueblo con todo tu séquito, asistes a los funerales, ves las casas derribadas, observas el dolor en su máxima expresión, no puedes irte y olvidarlo. Los protocolos deben solventar las situaciones extremas. Nos piden a veces los afectados si sabemos algo de los pagos del Gobierno, les decimos que no, paciencia, nos les queda otro remedio. La cosa es menos grave gracias a la buena gestión del Ayuntamiento y otras administraciones cercanas. De vergüenza el tema.