Editorial: Ayer nos dejó el cantautor, poeta, escritor, pintor y escultor, Luís Eduardo Aute y su fuerza consiguió que facebook, twitter, redes sociales, hablasen del polifacético artista durante una jornada completa, compartiendo su preciosa música con textos del coronavirus y todas las opiniones que se suben escritas a diario.

Tirón de Aute como nunca se hubiese pensado él. Fui a un concierto donde actuaba con Joan Manuel Serrat, ambos combinaron y cantaron juntos canciones de los dos, un placer, día para la historia del alma, una cita que te queda ahí para destacarla con esos recuerdos que te acompañan siempre.

También ayer recibo un mensaje de un amigo que hace muchos años no veo, el profesor Aureliano Sánchez, lo conocí en Manacor hace tres décadas cuando impartía clases en el instituto Mossèn Alcover, pasamos muchas tardes de tertulia y reflexiones en Porto Cristo y mientras pasaba la sobremesa, la montaña escondía al sol. Lo trasladaron, nos acompañó unos años mientras le daban la plaza definitiva en su tierra. Me contó que tiene muy buenos contactos en un importante Hospital de Madrid y que además su hija es enfermera en ese prestigioso centro sanitario.

Me alegró la tarde noche el gran Aureliano, porque me hizo confidencias de sanitarios donde ponían de relieve que todo comenzaba a ir mejor, que había camas libres en la UCI, que se iban más de los que llegaban, que le habían cogido el punto al coronavirus y los tratamientos lo doblegaban con la mayoría de personas, que había luz después del túnel. Me dijo que todavía habrá que luchar y mucho, pero que por primera vez después de varias semanas veía sonrisas en aquellos héroes que están en la primera línea. Puse en valor todo el encuentro virtual y detalles, porque se trata de una persona muy prudente y sensata.

Coincide lo que me dijo el estimado profesor con los datos oficiales que me manda cada día la consellería de Salud del Govern, ayer por ejemplo salió a planta el primer enfermo ingresado en la UCI del Hospital de Manacor, han ganado la batalla al virus en mi pueblo. Baleares ha entrado en la meseta de la enfermedad y apunta la cuesta abajo, porque tenemos muchos menos fallecidos, los infectados se han ralentizado y los curados suman cientos. Leo que otras comunidades autónomas han puesto a raya al asesino virus y también apuntan estadísticas muy positivas. Quedarse en casa está convirtiendo nuestro mal sueño en felicidad. Te lo dicen los niños.

Nos enteramos todos ayer además a la hora del Telediario que se amplía el miércoles el Estado de Alarma, que el Congreso dará luz verde a 15 días más, hasta el 26 de abril y conocemos en ese instante que habrá otras prórrogas, seguramente hasta mediados de mayo. Pero se desvela un dato muy optimista, paralelamente a estas ampliaciones de quedarnos en casa, habrá cesiones y concesiones paulatinas para ir incorporándonos a la calle, a nuestros quehaceres habituales, a la vida que dejamos fuera, al trabajo.

Que iremos poco a poco retomando el pulso de la libertad, con todas las precauciones, con mascarillas, guardando la distancia, sin aglomeraciones. Pero se habla en serio de lo que en estos días les está sucediendo a los chinos, pisan la calle y vuelve la actividad.

No terminan mis sorpresas ayer porque me llama el periodista, poeta y escritor asturiano de TVE Ceferino Montañés, hacía 39 años que le había perdido la pista (sabía de él pero de fuentes comunes) desde cuando ambos estudiábamos en Barcelona, compartimos piso un año con otros dos compañeros más, cuando era un joven embrión de gran profesional que ahora es. Conocí hace meses la presentación de su libro de poemas en prosa “Y si el viento fuera llanto” y también una frase que dijo en prensa para resumir su trabajo, “Escribir es sacar palabras a bailar para volcar sensaciones”.

Hablamos por supuesto del tema de moda, nuestro encierro, lo inexplicable de esta pandemía y de tantas cosas y recuerdos. Lo tiene claro Ceferino, tenemos que seguir adelante sin contemplaciones, sin dudas, sacar lo mejor de cada uno. Todo terminará y cuando sea así debemos valorar lo que tenemos y ser positivos. Apostar por la colectividad para el todo. Rafael Gabaldón San Miguel.