Los hospitales referentes de la Part Forana de Mallorca, el de Manacor y el Comarcal de Inca se preparan en las próximas horas para volver a su actividad general normal sin tener en sus habitaciones ningún caso de Coronavirus (COVID-19). En ambos centros sanitarios hay 1 ingresado respectivamente, en Manacor está listo para el alta (el del Llevant y comarcas ya ha salido curado, no queda nadie) y en Inca será un poco más largo pero se ha reducido el virus a la mínima expresión.

En Atención Primaria todos los seguimientos de infectados leves se están superando sin problemas. La carga vírica del COVID-19 se ha desplomado, su contagio carece de fuerza suficiente como para poner en peligro ninguna localidad. Nos hemos comenzado a despedir del bicho que nos dio el mayor susto de nuestra historia. Al principio hubo muchas dudas sobre la dimensión contra la humanidad, pintaba muy mal. El confinamiento asustó al más valiente.

Ambos hospitales han comenzado las operaciones en sus quirófanos, hacen pruebas de todo tipo, consultas profesionales, la UCI está ocupada por usuarios que tienen otras enfermedades. Se atiende a la población como antes del 14 de marzo. Hay pequeños espacios destinados al COVID-19 por si acaso, pero en pequeños rincones precintados. Ha sido un mal sueño a la espera de un tratamiento eficaz o una vacuna como la de otros virus.

Lo hemos puesto a prueba y nos deja tranquilos. Más de la mitad de la población no lleva mascarilla y es obligatoria hasta otoño. No se guardan las distancias sociales. Se dan la mano, abrazos, besos y hasta arrumacos profundos. Pequeños y grandes, medianos y mayores se saltan la norma. Se celebran encuentros en sitios cerrados con el doble del aforo y se incumplen protocolos en playas, vehículos, encuentros familiares y sociales. Se ha ido el virus, por el mismo, la mitad de nosotros hemos jugado a la ruleta rusa, somos así, no cambiaremos.