Editorial: Hoy viernes 26 de junio después del Consejo de Ministros y una vez que se publique en el BOE veremos la letra pequeña del nuevo acuerdo con los ERTE. En Turismo se pedía hasta diciembre, mejor lo acordado que nada. Hay varias velocidades y diferentes apartados estrella. En caso de rebrote también hay medidas. El Gobierno y los agentes sociales han logrado cerrar un acuerdo para prorrogar las condiciones de los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) relacionados con la COVID-19 hasta el 30 de septiembre.

El pacto incluye las condiciones de los ERTE en caso de rebrotes del COVID-19, así como exigir el compromiso de empleo también en los que sean por causas económicas, técnicas, organizativas o de producción (ETOP). Las nuevas condiciones de los ERTE irán este viernes a un Consejo de Ministros extraordinario para estar aprobadas así antes del 30 de junio, cuando vencen las del anterior pacto. Hay muchas dudas entre la población, se espera que las oficinas de asesorías laboral aclaren varios conceptos.

En los diferentes municipios de Mallorca hay cierta incertidumbre, quienes han abierto y tienen clientes de una manera tranquila están esperando la llegada paulatina del turismo pero con mucho esfuerzo y sin incorporar la totalidad de la plantilla y otros muchos han cerrado definitivamente. No hay alegría, se están dejando muchas cosas para más adelante, hasta que la certidumbre de la cara con claridad. Las terrazas mantienen una importante ocupación y están salvando la actividad de muchos autónomos.

Me dicen profesionales de diferentes empresas y sectores, que han abierto porque no podemos parar la economía, pero que las cuentas no salen de ninguna manera. El monocultivo turístico en Mallorca y que casi el 40% del empleo dependa de él, es un problema añadido. Algunos le van tomando el pulso a la situación, sobre todo empresas de servicios y reparaciones. Veo tristeza y miedo en las caras de los autónomos y sus empleados. Dudas muy razonables de que pasará en los próximos meses.

Nadie es ajeno que la temporada turística nunca se ha prolongado más allá de octubre, menos en contadas excepciones. Con las primeras tormentas de finales de septiembre la temperatura no es agradable. Eso significa que cuando a mediados de julio se abra la mitad de la oferta turística se tiene de margen sobre 100 días, será suficiente para vivir, pagar todos los impuestos que nos han guardado y ahora nos cobran y hacer un pequeño rincón hasta abril de 2021 cuando todos estemos vacunados y haya quedado olvidado el COVID-19.

Cuantas empresas se quedarán en el camino. Y personas. Por eso la patronal del Turismo y los sindicatos pedían hasta diciembre al menos. Saben todos que los grandes titulares esconden una letra pequeña que interrumpe una realidad ya muy dura. Se prolongan los ERTE, a que precio, que se pagará de la Seguridad Social, de la parte del sueldo, que dinero asumirán los trabajadores y los empresarios. Sabemos que iban a dar 200.000 millones de euros iniciales y se han quedado en 30.000 €, el resto dependen del ICO y de subvenciones que no llegan nunca y son inalcanzables por la malas condiciones que presentan.

Muchas personas se sublevan contra aquellos que no cumplen los protocolos de sanidad. Pendemos de un hilo, si tenemos infectados y muertos se puede parar la compra de viajes en nuestro destino turístico. Y eso significa la completa ruina. Cuando se habla en España de contagios queda muy diluido, porque nuestros visitantes no localizan el lugar determinado. Si se habla de Mallorca, nos conocen al detalle. A todos los problemas existentes no incrementemos más por el bien del interés general. Rafael Gabaldón San Miguel.