Editorial: Como somos cada uno de una madre y un padre, hay diferencias por todos los lados. Da igual que el problema de la pandemia sea de interés general y debemos por lógica y supervivencia remar en la misma dirección y no abandonar el barco. Sin embargo unos tiran para un lado y otros para el contrario. Somos como el escorpión, nuestra genética no nos permite cambiar de acera ni opinión y tozudos hasta lo más profundo del ADN seguimos como el empecinado, a nuestro aire. Mensajes todos, consejos miles, pero una minoría necesaria se los pasa por la entrepierna.

La Guardia Civil se ha visto obligada abrir una investigación muy en serio, porque hay gamberros y desalmadas que se dedican a mandar audios a los residentes en Baleares contando desde la mejor interpretación, pero falso por completo, que hay brotes en la zona de Muro, infectados a cientos en Can Picafort, un brote en un supermercado, en una tienda de moda. Alarmas y más desasosiego social para acentuar nuestra desazón, miedos e incertidumbres. Han desmentido ayuntamientos y el Govern muchas mentiras que se propagan. Rumores cargados de maldad.

Mientras, las ONGs se preparan para un otoño y un invierno de supervivencia. Será muy largo para el 40% de los residentes en Baleares, del 60% restante la mitad tiene reservas y el resto todavía no sabe como llenará la despensa cada mes. Esperan el milagro de los panes y los peces. Que llegue el maná. Desconfiamos muchos y muchas del Gobierno de Pepe Gotera y Otilio y los dirigentes de los Reinos de Taifas, porque no han sabido reaccionar al principio y tampoco lo hacen ahora. Que puedes esperar de unos políticos que ven lo que pasa y ninguna reacción para buscar soluciones.

He hablado al menos con 7 profesionales de la medicina, he escuchado a cuarenta, me llegan audios de expertos. Conozco los consejos de los economistas. Se hacen públicas cartas y ponencias sobre la situación. Advierten que todo se puede complicar porque se hizo la desescalada mal. Que se juntarán el COVID-19, la gripe, el catarro, otras enfermedades víricas. Que no hay rastreadores, que los sanitarios comienzan a ver llegar enfermos a los hospitales, que las UCIS abren para los graves. Que la economía se va a la mierda. Todos tranquilos, los gobernantes de la cogobernanza se fueron de vacaciones. Ya escampará, siempre que hay tormenta, ésta termina algún día.

Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid se han montado dos plataformas en Baleares unos para pitar al Rey, los Borbones, la Monarquía, lo que representa la Corona, y otros para todo lo contrario. Se citarán en Petra, en Menorca, en Palma, donde vayan. Las Teles los sacarán con todo lujo de detalles, con varias unidades móviles, reflexionando el asunto hasta la eternidad. Mallorca y Baleares es el nuevo caldo de cultivo de mucha demagogia, demasiada.

Estamos hablando de que nos morimos de hambre y otros/as ponen encima de la mesa disolver el Congreso y el Senado, hacer elecciones, convocar un referéndum, nombrar un nuevo gobierno. Y todo debe hacerse por mayoría de dos tercios de la representación política. Eso no puede ocurrir nunca en este país, las dos Españas siempre han sido irreconciliables, aunque vaya en ellos nuestra desaparición, cada bando no dará el brazo a torcer. Aquí el milagro de unión como en Alemania es una utopía. Unos votan rojo y otros azul, la mayoría contra el otro.

Por mi trabajo informativo recorro Mallorca de punta a punta, de norte a sur y de este a oeste. Oigo a sus gentes, recibo preguntas, veo situaciones, me dan explicaciones, hacen pensamientos en voz alta. Nunca había visto expresiones más tristes, de miedo. Una incertidumbre tan palpable, se toca con las manos. Me dijo Margalida de Sa Pobla, tengo el corazón en un puño, lo siento más que nunca, sensaciones desconocidas. Seguramente los expertos y profesionales tienen un diagnóstico, lo dejo para ellos. Hay que dejarse de bobadas, todos saldremos perdiendo. Si quienes dirigen el país no están capacitados hay que cambiarlos, por las buenas, como lo contemplan las leyes democráticas. Rafael Gabaldón San Miguel.