Y cuando te llamaba me ponías grabaciones de Ana Belén
Editorial: No te despido con tristeza como me pediste pero me conoces suficiente para saber que no podré sonreír a carcajadas como quieres
Ha muerto un gran amigo de un servidor, me deja tirado e indefenso, derrotado. Me pidió que lo recordase con las hermosas baladas y canciones, voces y música de Andrea Bocelli y Sarah Brightman. No me despidas con tristeza
AGENCIA MANACORNOTICIAS 27/11/2021 - 12:24:10
Un día te burlabas pidiendo frases ingeniosas para su epitafio, que sentido del humor y de la realidad viviste hasta el final. Recuerdo tantos momentos maravillosos que se me olvida que ya no estás. Fueron años hermosos

Editorial: Ha muerto un gran amigo de un servidor, me deja tirado e indefenso, derrotado. Me pidió que lo recordase con las hermosas baladas y canciones, voces y música de Andrea Bocelli y Sarah Brightman. No me despidas con tristeza por favor, me comentó con poca voz hace quince días. Hazlo con el mayor de los gritos de la alegría, el optimismo y la belleza. No pude escucharle más, mi mente se nubló y mis ojos chorreaban como fuentes desconsoladas. Me enseñó a ser libre, viento, humo. Cuantas horas hablando y pensando mientras él esculpía sus hermosas esculturas y grandes obras, que para mi eran arte puro. Estimado profesor, compañero del alma, lo intentaré, sabe que me repongo pronto, te lo debo, fuera luto, tu me enseñaste a morir y vivir con decencia.

Recuerdo nuestras risas y carcajadas cómplices, cuando avanzábamos en el tiempo y la reflexión. Eran momentos de preguntarnos todo, averiguar, indagar. Que ilusos, pero que felices. Que tiernos, pero que robustos y firmes en nuestras convicciones. Se rebelan todos los recuerdos y como la canción resistiré. Tu me lo pides. Se te han roto los sueños en pedazos, pero no será yo quién llene tu tumba de caras antipáticas. Coincidimos en gustos dispares sobre la música y nuestras diferentes inclinaciones ampliaron nuestros horizontes. Cada uno abrazó lo mejor del otro. Nunca conocimos juntos la soledad. Luego nos separamos. La distancia no minó nunca ni un gramo nuestra gran amistad. Comenzamos hablar más hace medio año cuando te dieron las peores noticias y has sabido pintar el sol 180 días seguidos con postales de vida. Injusto, te decía y me contestabas que la muerte nos iguala.

Recuerdo nuestras risas y carcajadas cómplices, cuando avanzábamos en el tiempo y la reflexión. Eran momentos de preguntarnos todo, averiguar, indagar. Que ilusos, pero que felices. Que tiernos, pero que robustos y firmes

Un día te burlabas pidiendo frases ingeniosas para su epitafio, que sentido del humor y de la realidad viviste hasta el final. Recuerdo tantos momentos maravillosos que se me olvida que ya no estás. Fueron años hermosos, luego cada uno cogió su camino y sembró su existencia. Nunca entendí aquellas laboriosas esculturas que rompías después de terminarlas. Se cierto que te interesaba la belleza sin más. Una vez diseñada, que no pueda mercantilizarse. Y discutíamos porque yo defendía que no nos privases de esos placeres. Ha llovido mucho, pero recuerdo como si fuese hoy lo muchísimo que nos gustaban las chuletas de cordero al sarmiento y los espárragos. Las cuantiosas veces que repetimos ese menú, regado con los mejores caldos. Como te gustaba hacer un descanso y sentarte a la mesa sin prisa de levantarte. Te conté que me han prohibido beber vino para siempre, y me dijiste, la vida ya no será lo mismo, búscate otras aficiones.

Me recomendaste viajar a Brasil y Argentina, gracias, fueron salidas inolvidables. Y cuando te llamaba me ponías grabaciones de Ana Belén con entonces su España Camisa Blanca. Mi primera visita a Menorca la hice contigo y otros amigos. Que rica la Langosta de un restaurante casero y desconocido a mitad de precio que delante de la bahía. Aquí me tienes nadie me manda decías con burlona sonrisa. Y la Puerta de Alcalá, siempre Ana y Víctor te gustaron. Los dos hemos tenido un solo hijo, hasta en esto fuimos coincidentes. Como ha pasado la vida compañero del alma, salen en la televisión nuestros quintos y algunos hasta tienen nietos. Que vértigo. La pena nos atenaza. Recuerdo nítido la penúltima conversación contigo, te despediste como tu lo sabías hacer, con flores y belleza. En las redes sociales encuentro personas tan valientes como tu que cuentan con gracia su adiós. No se hacerlo mejor, puedes tirarme de la oreja desde donde estés, mi despedida no la puedo enfocar de otra manera, por mucho que quieras que cantemos y encendamos fogatas de vida y amabilidad. Rafael Gabaldón San Miguel.

¿Te ha parecido interesante la noticia?

 Sí  No
Reciente
Visto
Comentado