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Los jóvenes extutelados son el colectivo con mayor riesgo de pobreza y exclusión social en España
17 de octubre: Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza.
prensa.aldeasinfantiles.es 15/10/2025 - 17:00:29

17 de octubre: Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza

Los jóvenes extutelados son el colectivo con mayor riesgo de pobreza y exclusión social en España

  • Quienes han crecido en el sistema de protección presentan una tasa de riesgo de pobreza y exclusión social del 40,9 %, frente al 24,5 % de la población general, por encima de la población menor de 18 años, las mujeres, las personas con discapacidad o las que viven en zonas rurales.

  • Aldeas Infantiles SOS alerta de que el acompañamiento más allá de los 18 años es clave para romper la transmisión intergeneracional de la pobreza.

  • Los datos se desprenden del informe Condiciones de vida tras salir del sistema de protección en España, elaborado por la organización de atención directa a la infancia.

En el marco del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, Aldeas Infantiles SOS llama la atención sobre la situación de los y las jóvenes extutelados en España, cuya entrada en la vida adulta está marcada por la desigualdad y la falta de oportunidades. La organización defiende la necesidad de reconocerlos como un colectivo especialmente vulnerable y proporcionarles los apoyos adecuados para que puedan desarrollar un proyecto de vida digno. Recoge, asimismo, las voces de los propios jóvenes que han pasado por el sistema de protección y sus recomendaciones para mejorar la realidad de los que vienen detrás.

Cada año, unos 4.000 jóvenes que viven en acogimiento residencial cumplen 18 años y deben abandonar el sistema de protección, enfrentándose a una emancipación prematura y difícil. “Para ellos, la mayoría de edad no representa libertad, sino el inicio de una etapa de incertidumbre y responsabilidad asumida en solitario“, explican desde Aldeas Infantiles SOS. En el informe Condiciones de vida tras salir del sistema de protección en España, la organización analiza la realidad de estos chicos y chicas a nivel nacional y evidencia cómo el acompañamiento más allá de la mayoría de edad influye de manera decisiva en sus vidas.

El 40,9 % de las personas que han pasado por el sistema de protección se encuentra en riesgo de pobreza o exclusión social, frente al 24,5 % de la población general. Esta brecha refleja la desigualdad con la que afrontan su transición a la vida adulta, que es mucho más compleja que la del resto de la población. Mientras que la edad media de emancipación en España se sitúa en torno a los 30 años, ellos deben hacerlo a los 18, sin una red familiar estable ni recursos económicos o emocionales que los respalden.

Este salto prematuro los coloca en clara desventaja y, a partir de ahí, las dificultades se encadenan: acceder a una vivienda digna sin avales ni ahorros resulta especialmente complejo; su continuidad educativa se resiente porque la urgencia por cubrir gastos los empuja a priorizar empleos de corta duración; y su inserción laboral queda condicionada por trayectorias académicas interrumpidas.

Además, la fragilidad de sus vínculos familiares y sociales incrementa el riesgo de aislamiento y, en el plano emocional, esta falta de referentes estables multiplica la sensación de inseguridad. “Los jóvenes nos trasladan que la salida del sistema se vive con miedo e inquietud, y con una presión constante por salir adelante sin apenas apoyos”, afirman desde Aldeas Infantiles SOS.

La inestabilidad en sus condiciones de vida y los prejuicios sociales que todavía existen sobre su situación agravan estas dificultades. El resultado es que las personas extuteladas son el colectivo social en mayor riesgo de pobreza y exclusión social en España, por encima de la población menor de 18 años, las mujeres, las personas con discapacidad o las que viven en zonas rurales. Desde la organización de atención directa a la infancia aclaran que “esto no se debe a una falta de capacidades o motivación, sus aspiraciones son las mismas que las de cualquier otro joven, pero parten con menos recursos, encuentran más obstáculos en su camino y todo ello condiciona seriamente sus oportunidades“.

Romper la transmisión intergeneracional de la pobreza

Aldeas Infantiles SOS subraya que la pobreza tiene un fuerte componente intergeneracional. Las carencias que marcan la infancia de los niños, niñas y adolescentes que crecen en el sistema de protección tienden a reproducirse en la vida adulta e, incluso, a condicionar las oportunidades de sus hijos e hijas. El 43,5 % de las personas extuteladas con hijos e hijas están en riesgo de pobreza o exclusión social, mientras que el restante 56,5 % han conseguido alcanzar una situación normalizada.

La pobreza se hereda, pero no es un destino inevitable, se puede esquivar con apoyos adecuados”, sostienen desde la organización. Y recuerdan que seis de cada diez jóvenes extutelados (con y sin hijos) logran integrarse plenamente en la sociedad y alcanzar unas condiciones de vida similares a las del resto de la población.

Contar con un acompañamiento que se mantenga más allá de la mayoría de edad, con acceso a una vivienda estable, apoyo emocional y oportunidades de formación y empleo, resulta determinante para que estos jóvenes puedan romper con la vulnerabilidad de partida. “Cuando disponen de estos apoyos, no solo logran desarrollar su propio proyecto de vida, sino también ofrecer a sus hijos e hijas un entorno más estable y esperanzador“, aseguran.

La salida del sistema en primera persona

Aldeas Infantiles SOS ha organizado grupos de discusión en los que han participado casi un centenar de jóvenes que han pasado por el sistema de protección, junto a profesionales de la atención a la infancia y la adolescencia tutelada. Ellos, que han vivido la salida del sistema en primera persona, conocen bien las dificultades y quieren contribuir a buscar soluciones.

Todos coinciden en que su salida debe planificarse con al menos dos años de antelación y piden que se mantenga el acompañamiento hasta los 25 años, equiparando sus oportunidades a las de otros jóvenes que cuentan con respaldo familiar. Reclaman, asimismo, ser reconocidos como un colectivo vulnerable, que precisa de apoyos adaptados a sus necesidades, y dejar de ser invisibles en las estadísticas oficiales para que las políticas públicas se diseñen con datos reales.

En este sentido, solicitan medidas que faciliten su acceso a una vivienda digna y a empleos estables, así como apoyo psicológico que les permita afrontar esta etapa con seguridad. Además, aseguran que es necesario que la sociedad trabaje para derribar los prejuicios que pesan sobre ellos y combatir así el estigma que los acompaña.

Desde hace más de dos décadas, Aldeas Infantiles SOS trabaja con chicos y chicas que dejan el sistema de protección a través de sus Programas de Jóvenes. Los guía en cada etapa de su camino hacia la autonomía, combinando apoyo educativo y emocional, acceso a vivienda, orientación laboral y acompañamiento personalizado. En 2024 acompañó a 1.406 jóvenes en ocho Proyectos de Autonomía, ocho de Emancipación, ocho Servicios de Empleo y 2 Talleres Profesionales.

Más allá de los recursos materiales, un valor clave es el vínculo. “No trabajamos para los jóvenes, sino con ellos, desde el respeto a sus historias y decisiones. Les ayudamos a fortalecer su confianza, su resiliencia y sus redes de apoyo, para que puedan construir un futuro plenamente independiente”, explican desde Aldeas Infantiles SOS.

 

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