El último Pleno de la SAM (empresa municipal) y el plenario extraordinario de mayo de Manacor ha terminado como el rosario de la Aurora. Nos hemos enterado de cosas muy desagradables para los que creemos en la transparencia, luz y taquígrafos. Resulta que hace un año el Tribunal Superior de Justicia de las Baleares le dieron la razón a los trabajadores de las playas y se calificó su despido de improcedente, se les pagó los meses que no habían podido trabajar y se les readmitió en su puesto de trabajo, eso ocurrió hace un año.

Ni el Gobierno Municpal dio cuenta del gasto que ha supuesto la municipalización de las playas ni tampoco los partidos de la Oposición han tenido a bien de informar sobre el tema, hablamos de más de un año de la resolución judicial, cada partido está representado en la Junta General de la SAM. No hemos sabido nada, ahora han movido el tema en plena campaña electoral y se ha levantado la liebre, así no, eso no es informar correctamente. Desde ningún partido. Ha sido una legislatura a oscuras, todo decretos, facturas sin contrato, pagos extrajudicial de créditos. No merecemos tanto ocultismo.

21 concejales que por omisión y silencio administrativo no han estado a la altura de lo que se espera de responsables políticos que manejan un presupuesto de 50 millones de euros procedente de los impuestos. Hoy mismo el pleno ha pagado 460.000 euros de facturas sin contrato y quienes han hecho el trabajo han estado de media 8 meses y más para que le paguen los servicios que hicieron. La delegación de fiestas la más afectada ha justificado al asunto asegurando que no tenía personal en la Delegación y dependía de la firma de otros técnicos y departamentos. No todo es gestión maravillosa y fiscalización rigurosa.

Es duro reconocerlo pero cuanta más Internet e inmediatez menor información. Se ha desvelado que las playas nos cuestan mucho más que cuando lo gestionaba un administrador externo, se justifica el dinero porque hoy son más ecológicas y hay más arena, eso merece la pena sobre los impuestos de más que habrá que pagar para mantener el servicio. La gestión del Gobierno sea mala, buena, regular hay que fiscalizarla, según ese precepto, un gobierno es bueno o malo según la oposición que tenga.